Feliz cumpleaños O´Higgins...

Cincuenta y siete años de historia cumple O’Higgins de Rancagua, cerca de seis décadas en búsqueda de una ansiada estrella. Con épocas muy lindas y otras no tanto.


Ser hincha de O’Higgins es sentirse más que orgulloso de nacer en Rancagua. Que el color celeste prevalezca desde un comienzo de la vida en vez de un blanco o un azul. Que lo más esperado de la semana sea ir al viejo Estadio El Teniente a ver cómo once guerreros luchan cada balón. El grito de gol nace desde lo más profundo del alma, cada vez que un celeste anota. Masticar la rabia durante siete días, después de una derrota. Que frente a cada problema, saber que con ver al Capo se soluciona un poco.

Quizás  la gran mayoría de los que están leyendo no pueda hacer remembranzas desde la experiencia, pero sí conocemos la historia de nuestro club gracias a nuestros abuelos, tíos, padres o hermanos. Ser celeste es una tradición.

Año 1955 donde el América de Rancagua y el O’Higgins Braden se unen para formar lo que sería a la postre nuestra pasión. Negado el color rojo –por su similaridad a la camiseta de la Selección– se decide por el celeste, el color que llevamos con tanto orgullo.

Historia de vaivenes, con años en Primera y Segunda División, pero siempre con el apoyo de toda una ciudad.

Sin duda la época final de los años 70 y el comienzo de los 80, marcaron grandes hitos de nuestro O’Higgins. Algunos no olvidarán las clasificaciones a Copa Libertadores, dónde el Estadio Nacional era testigo de la presencia de miles de fanáticos rancagüinos, que llegaban en una larga caravana desde la Sexta Región a colocarse en el lado lateral norte del recinto ñuñoíno.

Por nombrar a algunos baluartes de esos años: Miguel Ángel Leyes, René Serrano, Santiago Gatica, Luis Droguett, Miguel Ángel Neira, Víctor ‘Pelusa’ Pizarro, René Valenzuela, Osvaldo ‘Papudo’ Vargas, el brasileño Mario Baesso, entre otros, que tantas alegrías brindaron.

Cómo no sentirse orgulloso de ser celestes, si coterráneos de la talla de Aldo Droguett, Carlos Bustos, César Valdivia, Luis Pino, Joel Molina, Francisco Cuevas, Eduardo Salas, Joel Retamal, Clarence Acuña y un sinnúmero de jugadores más, vistieron con orgullo la camiseta.

Cómo no reconocer a goleadores como Aníbal González, Mario Nuñez, o Juvenal Vargas, que inflaron tantas redes a lo largo y ancho de nuestro país.

Y no sólo jugadores de la zona han descollado con la camiseta que tanto queremos. El recuerdo de nombres como Mario Desiderio, Federico Vairo, Sergio ‘Mago’ Merlini, Roque Alfaro, Miguel Ángel Laino y los más recientes Nicolás Diez y Giancarlo Maldonado, han quedado plasmados en la memoria colectiva de la Ciudad Histórica.

Quedamos cortos al nombrar a tanto jugador importante que ha defendido a la institución. Club que por historia ha sacado grandes valores y que sigue en esa senda.

Pedirle a cada futbolista que llega a Rancagua, que se sienta orgulloso de vestir la camiseta o’higginiana es tan importante como generar identificación con el club a todos los niños, que desde pequeños comienzan a ir a sentarse a la Angostura, Andes o Rengo.

Todos tenemos un recuerdo en torno a nuestro club, y esto lo tenemos que traspasar a las generaciones futuras. Hacer a O’Higgins más grande es tarea de todos.

Este año 2012 la ilusión está latente, vemos cómo nuestro equipo es protagonista de la mano del cuerpo técnico de Eduardo Berizzo. Que el plantel de honor y las divisiones inferiores sepan que una ciudad nunca los va a dejar de apoyar y que el ‘O’Hi, O’Hi’ sonará igual de fuerte que en todos estos largos cincuenta y siete años.





Nota -  | Diego Quezada O.
Foto  | Christopher Bueno F.
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