Dulce Condena

  • "No importa el problema, importa la solución", en 1993, con la entonces agrupación Los Rodríguez, el músico argentino-español Andrés Calamaro puso en la órbita musical hispano parlante esta pegajosa melodía en Dulce Condena.

Esa historia de amor con altos y bajos, con uno siendo el que siempre pone la pelota al piso, utilizando el lenguaje futbolero, es lo que lleva al camino 'correcto' según el autor. Lo mismo ocurre con Dalcio Giovagnoli y su O’Higgins: lleva la relación de su juego y pese a todas las sombras, como el no ser más audaz, le terminan dando la llave del éxito.

La Dulce Condena de los celestes es prácticamente siempre pensar el arco propio más que en el del rival. Salvo en ese partido para enmarcarlo contra la Universidad Católica, el resto de las propuestas a la vista de algunos, por los jugadores que presenta del medio para arriba, es mezquina. En la victoria contra Colo Colo, jugando 65 minutos con uno más, no hubo excepción.

Partió decidido a pelearle el partido al Cacique, pero el madrugador gol de Alarcón, como prácticamente como siempre ocurre cuando abre la cuenta, le cedió el protagonismo al local. Así, acaso por accidente de retroceder a campo propio, llegó el empate 10 minutos más tarde.

El partido le sentó incómodo a los rancagüinos hasta 15 minutos más tarde. Zaldivia cometió una tontera que dejó con un menos a su equipo, con una vida por jugar. Ese hombre de más no se hizo sentir en lo que quedó del primer tiempo. Donde, no ser por la ocasión que no logra conectar bien Larrondo, los porteros fueron meros espectadores de la fricción ocurrida en el mediocampo.

Al menos desde el posicionamiento en la cancha, eso cambió en el segundo tiempo. Dalcio incorporó a Rozas al centro del campo y dispuso una línea de tres mentirosa con Romero asumiendo el puesto de lateral derecho. O'Higgins manejó el ritmo del trámite, pero sin hacer notar mucho el hombre de más en el área rival.

Las situaciones de gol fueron un cabezazo entre los centrales de Larrondo y el 'para que te traje' del propio delantero argentino-chileno en una de las pocas veces que logró desequilibrar por banda. El partido era para ganarlo, pero sin volumen ofensivo no sería fácil: por eso el atrevimiento vino en una jugada, por decir, aislada de Facundo Castro en combinación con Fernández y Rozas. Con 20' por jugar, Zapatazo fuera del área que se cuela en el pórtico albo.

Gol del uruguayo para terminar con una racha de 549 minutos sin anotar un gol de jugada. Hasta ahí la única forma de llegar al gol había sido de penal.

Con nos dice en manual, Dalcio cerró ahí el partido. O'Higgins prácticamente no atacó más y apostó que Colo Colo no tendría esa fortuna que le dan vida a los equipos de su categoría cuando el rival le regala el protagonismo.

Así fue como O'Higgins aguantó el deslucido atrevimiento albo para conseguir su segundo triunfo en línea en el Monumental y extender esa paternidad actual: 3 victorias, 3 empates y sólo una derrota en los últimos siete encuentros jugados entre ambos.

Y por eso, tal como termina diciendo Calamaro en la canción que fue la principal de la teleserie nacional ‘Top Secret’:"Me gustan los problemas. No existe otra explicación. Esta sí es una dulce condena. Una dulce rendición".

Don Dalcio y su pragmatismo salen airosos de nuevo.

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